El control de roedores y lagomorfos representa un reto particular para los agricultores, su gran potencial reproductivo y actividad principalmente nocturna, suelen dificultar considerablemente su control. Como se alimentan de manera oportunista, varían sus fuentes de alimento en función del medio, consumiendo yemas y brotes durante la primavera y plantas leñosas en invierno. Pese a su pequeño tamaño, su rápido metabolismo les permite ocasionar un porcentaje de daño mucho mayor al de otras especies.